miércoles, 4 de enero de 2012

Ley de Murphy

Anoche la Ley de murphy me la hizo comer doblada.

Hay un chico que me gusta mucho, y bueno, como hacía ya mucho tiempo que lo tenía en msn, hablábamos y demás. Así fué decidí un día, y contra todo pronostico, invitarlo a salir.
Yo no soy de invitar a salir a la gente, soy asquerosamente vergonzoso; sin contar con el hecho de que mi baja autoestima y mi miedo al rechazo atentan con cualquier intento que puedo llegar a hacer para invitar a alguien a salir. Pero me arme de fuerza, me envalentoné bajo el estandarte de "total no tengo nada que perder" y lo hice.

Lo chanté en msn y le dije "Che vos, te informo que tengo intenciones de invitarte a salir conmigo si estas disponible"
Me salto con que podía, pero que estaba mal por que seguía prendido del ex y no sé que historia.
Ya no me gustó mucho, pero igual le dije que se relaje, que íbamos a tomar algo nomás, que no tenía intenciones de pedirle matrimonio ni nada por el estilo. Al aclararle esto accedió de buen grado y me dijo "dale, suena divertido".
Había preparado todo, le pedí la casa a mi hermano ( que con pocas ganas se fué a dormir a lo de la novia) compré un whiskicito, lo deje enfriando en la heladera, me bañé y hasta me puse perfume.

Salí de casa y me fui tranquilo caminando por la sombra. Todo para encontrarme solo a la hora señalada, sin rastros de mi cita y con el lugar donde nos habíamos citado completamente cerrado. Ya no me gustó un carajo.
A los cinco minutos llega él hablando x teléfono, es tan lindo como en las fotos, para mi por lo menos. Corta la llamada, nos saludamos, comentamos sobre la barbaridad de encontrar el lugar cerrado y nos dirijimos hacia un barcito irlandés que yo conocía por la zona.

A la mitad de la de la primera cerveza el pibe estaba que se dormía, no sé si por el aburrimiento, el cansancio o el dolor de pie que JUSTO le surgió cuando íbamos camino al bar donde nos encontrábamos. En ese momento me dí cuenta que por más que me pusiera en pelotas y le bailara la lambada no la levantaba ni con viagra, así que amablemente le reconocí que se lo veía muy cansado y si no quería que nos fuéramos. Agarró viaje mas rápido que incendio forestal.
Lo acompañé hasta su auto al cual llego completamente rengo y aun ahí trataba de darme charla como para amenizar, así que lo corte en seco ( por que francamente no me interesaba en absoluto los promenores de la economía del rubro al que se dedica) y le pregunte si no era tan amabale de acercarme con el auto hasta algún punto si le quedaba cómodo el viaje. Me dijo que si, dio una vuelta estrambótica con el coche solo para dejarme a dos cuadras de donde estábamos originalmente, agarro la salida de autopista y antes que lo pudiera saludar en su lugar solo quedaba una nubecita de hollín de lo rápido que se fue. Un fiasco.

Me deprimí, luego me resigne a mi fallido intento de conocer a alguien, y me fui a casa esperanzado de poder encontrarla en orden para poder irme a dormir cuando me di cuenta: solo habia pasado una hora, era tempranísimo! Me deprimí todavía más!
Qué clase de cita había sido esa?! La cita en si mismo no había durado mas de veinte minutos o media hora! El agujero negro de la depresión que se abatía sobre mi solo tenía una manera de ser taponado: comida.
Paré en una pizzeria y me pedí dos porciones de fugazetta, solo. Me quede mirando el celular esperando un mensaje del tipo "che, perdón que estuviera tan cansado, nos vemos otro día mejor?"
Que iluso. No me mensajeo ni mi vieja.

Justo cuando terminaba de comer mi premio consuelo de la noche me contacta un amigo diciendome de ir a bailar a una fiesta con el, su novio y dos amigos mas. Yo pensé, "no es mala idea eh", capaz se daba la casualidad de que la noche no estuviera perdida del todo.
Fuimos. Ni bien llegamos se ponen a chapar como dos ventosas y yo mirando el techo. Ya no me gusto.
En eso llegan los dos que estábamos esperando y con ellos mi salvación de la noche: otros dos zánganos solteros con ganas de divertirse y tan desatinados en lo que amoroso se refiere como yo.
Bailamos como descompensados un rato y bajamos los tres al baño. En esa mientras uno se prende un porro, yo charlo animadamente con el otro. Todo parecia mejorar, la noche se estaba poniendo buena y yo empezaba a olvidarme de tucumanazo que me comí dos horas antes con el goma al que invite a salir.

Que grave error pensar de esa forma. En menos de lo que tarde en darme cuenta ( por el porro obviamente) uno de mis compinches estaba hablando muy acaramelado con un pibe que apareció de la misma nada. Mirándolo bien lo reconocí como el chico que a mi amigo le gustaba, habían estado dos semanas meta tirarse elogios, alabanzas y buenaventuras por facebook y al parecer hoy se veían por primera vez.
Cuando termine de pensar todo esto ya se habían ido y yo me quede con el ultimo bastión de esperanza que tenia para pasarla bien. De todas formas no me preocupe mas, este que quedaba era el que mas reviente tenia encima y la verdad no lo veía con muchas ganas de andar pelotudeando con alguno.

Toda esa nube de pedo rosa en la que me encontraba disidiendo conmigo mismo sobre las bondades de tener un alto fiestero de amigo se vieron bruscamente disipadas por la aparicion de un turista americano de raza negra que al bajar vislumbró la figura de mi amigo ( es difícl no vislumbrarlo por que es grandote) y se le puso a charlar entretenidamente.
Empezaron a hablar tan cerca el uno del otro que , por supuesto, en pocos segundos el turista estaba haciendole un tacto de amigdalas con la lengua a mi amigo. Si bien me escandalizó, no me sorprendió, el americano había mencionado momentos antes que era médico.
El tema es que suben hacia la pista y cuando termine de caer en cuenta que me había vuelto a quedar solo subí también. Ahí estaban: dos de las tres parejitas de la noche bailando electronica como si fuera cumbia colombiana melosa para aprovechar y tocarse el culo entre ellos, un asco.
Los últimos dos en subir fueron los primeros en irse, cual princesas. Y ahí me quede solo de nuevo: paleteando entre ellos, yendo de un lado al otro como huevo de rengo.
Tuve una ultima oportunidad, me miro un rubio. Ya me habia mirado antes y yo le devolvi la mirada y le agregue una sonrisa, al rato decido acercarme a hablarle solo para descubrir que no era a mi a quien miraba si no a su novia; Que justo de casualidad estaba atrás mio.
No tuve mas opcion que tomarme el palo. Ni saludé, agarré mi campera y me las tome de ese antro podrido solo para encontrarme a mi amigo con el negro en la esquina completamente enamorados.

MALISIMO!!! Obviamente agarre por una calle aledaña y enfile para casa.
No lo podia creer! Esa era MI noche!! Que carajo hacia yo caminando por la noche de buenos aires solo, ebrio y pasado?! Yo tendría que estar en mi cama con el chico al que invite salir, acobachados como bichos canastos abajo del edredón! Cansadísimos de tanto sexo animal ( aunque con sexo regular también me conformaba) Soy El único que salio con propósito de enganchar! Y ENGANCHARON TODOS, menos yo.

La puta que te parió Murphy.

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